Los
dispositivos móviles, como los teléfonos móviles y las tabletas, son cada
vez más utilizados en el sentido de que, al parecer, la era de PC parece estar
llegando al fin de su apogeo.
La
sofisticación de las tecnologías, cada vez en aumento exponencial, requiere de
personal capacitado.
He aquí, por
tanto, una excelente oportunidad para los emprendedores que encontrarán en este
espacio un estupendo campo de acción para abrirse caminos laborales.
Para nada es
recomendable intentar una reparación por sí mismo. Se
asumirían riesgos indeseables, de un lado, porque se puede dar al traste con el equipo averiado y, de otro lado, por
cuanto es necesario conocer de repuestos.
Si, durante el
proceso de “auto-reparación”, acudimos a un centro especializado en búsqueda del
componente equivocado, el problema se incrementará.
Otro obstáculo
lo constituye la falta de disponibilidad de las herramientas necesarias, tanto
para desarmar y auscultar la avería, como para acoplar el nuevo componente.
En fin,
concluyendo: en absoluto es recomendable asumir la tarea por sí mismo. Mejor
sería que, si tenemos inquietudes recurrentes en el tema, asumamos el rol de
emprendedores y empecemos por capacitarnos.
En otro orden
de ideas, si ya hemos emprendido la tarea de incursionar profesionalmente en el
escenario de la reparación de estos dispositivos, es crucial tener en cuenta
varios aspectos.
- No debemos formular promesas difíciles de cumplir. El cliente necesita sus dispositivos reparados ¡ya! Y, si le aseguras que lo tendrá para mañana, tal vez aumenten sus molestias al ver que le volvemos a decir que para dentro de dos días lo tendrá disponible.
- El que está emprendiendo debe hacerse a las herramientas indicadas para todo tipo de equipos móviles.
Que no vaya a
ser que, por utilizar la equivocada, estropee el dispositivo.
- En tercer lugar, es muy importante contar con un stock permanente de las piezas que comúnmente se suelen averiar con mayor frecuencia. Eso ahorra todo el tiempo del mundo.
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